Las expectativas por mis vacaciones me hicieron feliz… buena o mala decisión?
Expectativas positivas: ¿mejor que vivir en el presente?
Desde que supo que nos iríamos de vacaciones con unos amigos, mi hija Mandy empezó a soñar con el viaje.
Tenía su maleta preparada semanas antes de partir, y había hecho un calendario para marcar cada día que se acercaba a la fecha de partida. A menudo, sus conversaciones incluían lo que se imaginaba sucedería en el viaje.
Pero el sábado, unas horas antes de partir, mi esposa me pidió un test de Covid porque no se sentía bien.
¿Ya sabes lo que viene, no?
La cereza en el tope: ese día era el cumpleaños de mi esposa. Su regalo fue dos rayitas en el test.
No teníamos idea de qué íbamos a hacer, o qué reacción tendrían nuestros amigos al respecto.
Y cuando le dijimos a Mandy que era posible que el viaje no se daría… estaba hecha trizas.
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¿Vale la pena la decepción? (por qué quizás no quieras "yoga tradicional")
Hay un estudio de 1,530 personas que mostró que los niveles de felicidad de las personas que se van de vacaciones incrementa considerablemente las semanas previas al viaje.
Lo más curioso: a veces más felicidad todavía que el viaje mismo.
Pero la filosofía del Yoga nos dice que esta felicidad anticipatoria está llena de “ragas”, o apego.
Y con frecuencia, la felicidad suele ser proporcional a la decepción que sentimos cuando no podemos tener lo que esperábamos.
Por eso, unas semanas antes del viaje, le dije a mi hija que me parecía fenomenal que se emocionara mucho con el viaje… pero que tomara en cuenta que era posible que el viaje no sucediera. Le expliqué que habían distintas razones que podrían hacerlo imposible, y que si eso sucediera, estuviera lista emocionalmente para hacer una transición y disfrutar al máximo cualquier alternativa que surgiera.
¿Funcionó?
Imposible saberlo. Quisiera convencerme de que mi alerta sembró una semilla que le hizo más fácil ese momento en la mañana, antes de que tomáramos la decisión de que ella y yo sí iríamos al viaje, mientras mi esposa se quedaba en casa recuperándose en cuarentena.
Pero la pregunta más importante: ¿hubiese sido mejor no darle tantas expectativas, y decirle un par de días antes del viaje, para que pudiera vivir más tiempo en el momento presente?
Algunos expertos interpretan a la filosofía del Yoga como el camino a la liberación, en el que la intención es liberarnos de expectativas, no importa cuán positivas puedan ser.
Si el objetivo es una fusión total de nuestra consciencia limitada con la consciencia universal, ¿por qué habríamos de intercambiarlo por un poco de felicidad pasajera, sobre todo cuando podría producir mucha decepción al final?
Adaptando el Yoga a la modernidad
La vasta mayoría de los estudiantes de Yoga moderno tenemos aspiraciones más humildes que iluminarnos por completo en esta vida. Queremos poder vivir una vida plena, tranquila, feliz y llena de significado.
Dudo que sea posible irse de vacaciones sin generar expectativas. Tampoco creo posible que si el viaje no se da, no sintamos decepción.
Quizás entonces podamos escoger un “camino del medio”, en el que invitamos a toda la felicidad que podamos obtener de nuestras expectativas positivas, mientras nos inoculamos tanto como sea posible de la decepción, al recordar frecuentemente que nuestras expectativas podrían quedar coartadas por algo tan simple como dos rayitas en un test de COVID.
Y tú… qué opinas?
Te leo abajo,
Con cariño,
Mijael
EXTENDEMOS HASTA EL DOMINGO: ABDOMINALES
Dos clases de 20 minutos, una sin flexión, para que puedas ver distintas formas de fortalecer el núcleo (core):



Una de las cosas que más he trabajado en estos últimos años es vivir sin expectativas ante todo. Si bien todavía tengo un Ego por lo que dichas expectativas no me las he podido sacar del todo, sí he tenido un gran avance y puedo decir por experiencia que es absolutamente liberador no tenerlas. Me permite disfrutar las cosas tal como son y responder ante los conflictos de una manera adecuada.